La temporada de lluvias en Cusco que se extiende de noviembre a marzo, transforma el paisaje andino en un verdor exuberante, pero también incrementa el riesgo de deslizamientos de tierras y accidentes en vías turísticas. A pesar de esas condiciones adversas algunas empresas continuamente promoviendo excursiones a zonas vulnerables, ignorando las recomendaciones y seguridad.